Por: Ada Rosabal de Silva, Psy.D
Una tercera parte de los hispanos en Estados Unidos son menores de 18 años y 14.6 millones están entre las edades de 18 y 33 años. El número de suicidios entre la población hispana de E.U. ha ido aumentando en especial las jóvenes del grupo de edad de 14 a 17 años. Una de cada 10 latinas ha intentado suicidarse en el pasado año, 2 de cada 10 ha desarrollado un plan para suicidarse y la mitad de todas las jóvenes latinas han expresado sentirse desesperanzada. Los datos extraídos del Youth Risk Behavior Surveillance Survey administrado por Centers for Disease Control and Preventation , de las personas de 10 a 24 años de edad. En particular desde los últimos acontecimientos de discrimen en los últimos dos años .( Suicide Prevention Resource Center, Youth Risk, Behavior, 2017) . Diferentes estudios indican que las intervenciones en las dinámicas de familia y de la espiritualidad son claves para un buen pronóstico en las situaciones de ideación o intentos suicidas. Cabe señalar, que entre la mayor parte de las poblaciones hispanas, la familia y la espiritualidad suelen ser variables culturales importantes. Es importante reconocer que en el proceso de desarrollo y adaptación entre los jóvenes hispanos se puede producir un cisma entre los valores heredados y los de la cultura dominante. Se hace imperativo reconocer el rol que juega la confusión y distanciamiento de las fuentes de apoyo de los jóvenes, en sus intentos suicidas. Siendo esto así, se hace importante apoyar a la población hispana de esa edad, en su proceso de integración y adaptación en su ambiente social y a la vez que recuperaren esos dos elementos propios de su cultura, que puedan ayudarles a disminuir con éxito éste aumento de la tasa de suicidio. Me refiero específicamente a programas de prevención del suicidio desde el acercamiento familiar y espiritual, con énfasis en las culturas hispanas que estén accesibles en los diferentes centros de reunión de la poblaciones hispanas. Se hace necesario también, ofrecer adiestramiento a los terapeutas, maestros, lideres religiosos y comunitarios que puedan aprender, intervenir y prevenir en los situaciones de posible suicidio que puedan encontrar. El suicidio es una muerte que puede ser evitada, se hace necesario que todos asumamos la responsabilidad de entender y colaborar en su prevención.
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